jueves, 11 de noviembre de 2021

Al encuentro de Orfa

 
Por: Lilian Haydee Vega Ortiz

"Orfa se fue de su lado y no se sabe nada más de ella, pero Rut se quedó con Noemi" 
Rut cap 1:14, A.T. 

Es importante anotar que en la narrativa bíblica existe un rasgo literario que presenta a los personajes en pares. Así, en el libro de Rut encontramos a Orfa/Rut, Mahlon/Chilion; Boaz/Fulano; mujeres del pueblo/ancianos de la puerta.

El libro de Rut es un ejemplo del arte narrativo hebreo.1 El carácter dramático domina y el/la autor/a crea un ambiente aldeano, medido por las faenas agrícolas y desemboca en el tiempo de la fecundidad humana. Hay un proceso de contrastes, de la desdicha a la dicha, del vacío a la plenitud. De ahí el protagonismo está reflejado en Rut, en cambio Orfa, apenas mencionada sale pronto de escena.

Tras la búsqueda de Orfa se le descubre incorporada a las mujeres reprobables de la Biblia. Y es desde la incomodidad que se elabora la presente reflexión. Porque ¿Cuántas veces logramos ver solo una cara o perspectiva de cualquier situación humana? Esa interrogante despliega el interés por seguir sus pasos y compartir algunas consideraciones sobre ella, desde la narrativa del texto. 

De ahí se marca la ruta opuesta de ambas y optan por el retorno a sus raíces, a la tierra donde su ombligo les llama. Una regresa a Belén, la otra a Moab. Sin embargo, sobre la amargura de Noemí se menciona, y quedan en incógnita los sentires de Orfa...

Incluso, hay ciertos personajes, a quienes nos parece común verles en función del otro: Jacob y Esaú, Isaac e Ismael. Usualmente uno de los personajes es visto desde una perspectiva de luz y el otro de la sombra, y en el caso que nos ocupa Rut y Orfa, podría tomarse como papeles o roles antagónicos, "quien hace el bien y quien hace el mal". Conocemos escasamente de Orfa, y aquí queda reducida a un rasgo. Hay una comprensión anticipada, inducida con sutileza hacia condenarle que a entenderle. Lo que nos lleva desde el inicio a una lectura atrapada, que acompaña el pre-juicio.

Cabe señalar también que en algunos relatos de la narrativa bíblica, algunos personajes realizan una función instrumental: aparecen en un momento del relato, actúan en lo necesario y luego desaparecen sin dejar huella, son fugaces. Este procedimiento unidimensional lleva a pasar por alto, o ignorar la complejidad literaria y la riqueza sicológica de la narración.

De esa cuenta, en el caso de Orfa, (heb. zOpah, "testarudo", "cuello (crin)" o "cervato") cuyo nombre la ha marcado, por su nombre que significa "nunca", está etiquetada sobre el reverso de Rut ("amiga", "aliada"). Es señalada al nombrarla, como "la que da la espalda", se le asocia con Sara la mujer de Lot. Así también, los antiguos comentarios rabínicos indicaban que "el nombre de una (de las esposas) era Orfa porque ella había dado la espalda a su suegra" (MidrashRabbah, Ruth II, 9).

Sin embargo, en la relación con Noemí recibe de ella como nuera, la libertad en lo que se refiere al amor, de seguir tras de ello. Recibe además sus buenos deseos y el consejo de volver a casarse. Es así que elabora una libertad interior y opta por seguir la exhortación de su suegra.

En esta historia no hay villanas ni villanos, a ninguna persona se le censura. Y, aunque distintas las lecciones, en ningún momento son desaprobadas. Cada una elige lo mejor para sí.

Orfa al igual que Rut toma su propia decisión, seguir el camino que le dice su corazón. Pese a que en ese contexto cultural del Antiguo Testamento era algo insólito. Por eso, ellas representan dos modalidades de ser, diversas. En esta dualidad de personajes, el narrador reconoce la posibilidad de la diferencia. El coraje y la madurez de ambas, radica en haber seguido cada una la voz de sus consciencias. Orfa es la persona que gusta de lo concreto, de lo sedentario. Rut es la persona soñadora, la que gusta de la dimensión de lo posible. Orfa es una mujer de raíces, que celebra la presencia de Dios en lo acontecido, en la regularidad, en lo inmanente.

Ella decide aceptar la petición de Noemí, y ¿qué lleva en su interior esta mujer?, sino lo mismo que lleva Noemí: ir al encuentro de si misma. Aún a riesgo de caminar "sola" el trayecto de vuelta, Orfa eligió su propio camino, en busca de "sus dioses y diosas".

Por lo anterior debemos comprender el antagonismo en las creencias, porque para el pueblo de Israel, monoteísta y patriarcal, los moabitas debían ser despreciados por ser politeístas. Adoraban a Quemos su dios nacional. Y había vinculo con la diosa Astarté, Diosa madre fenicio cananea, de origen sumerio, que representaba la naturaleza, la guerra, el amor y la fecundidad.

Es desde esta joven mujer, que hay una provocación a comprender el dolor desde la separación, desde el amor. Su despedida, es ese acto de cruzar el umbral. En esa dolorosa despedida de Noemí, que es como un rito de iniciación. En ese recorrido las lágrimas quedaron en el Jordán, luego, al encauce del re- descubrimiento personal. Y esa separación no es meramente geográfica, es una marcha como "El Éxodo", o como "La Odisea", es algo más que un viaje. Es un peregrinaje interior, un caminar al re-encuentro de sí misma, y de lo suyo, al encuentro de aquello para lo cual una ha sido llamada.

Se desconocen las vivencias de Orfa al regreso, a su tierra natal. Sin embargo, por lo escrito podemos sospechar que había conocido sobre las costumbres de su esposo, del judaísmo, con la familia de él (diez años de casada), por eso, la plausibilidad de ubicarse en resiliencia, dentro de las vicisitudes de supervivencia, y a direccionarla hacia el emprendimiento, a la proactividad.

¿Por qué no sospechar que logró estabilizar su situación e inició una labor de protección a la niñez y a otras mujeres? Que se revistió de empatía con las personas en vulnerabilidad... e instauró el arte de abrazar. Además, cabe cuestionar sobre la compasión de Dios también para ella. 

Es hora que reivindiquemos su nombre y su dignidad.

 ¿Podríamos hacer una teología desde Orfa?





Lilian Haydee Vega Ortiz
Integrante del Núcleo Mujeres y Teología


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1 Alonso Schökel, L. (2002). Biblia del Peregrino. Ediciones Mensajero