martes, 9 de abril de 2024

Una ética para la vida: Bioética global

 


En 1927 Fritz Jahr filósofo alemán, teólogo y pastor protestante escribió el artículo “Bioética: una panorámica sobre la relación ética del hombre con los animales y las plantas”. Es la primera vez que se utilizó el neologismo de Bioética. Posteriormente, Van Rensselaer Potter bioquímico estadounidense dedicado a la investigación oncológica en la Universidad de Wisconsin y humanista, dio a conocer el término "bioética" en su libro Bioética: Puente hacia el futuro (1971). Potter planteó la palabra bioética como una necesidad que permitiría sobrevivir a las amenazas de unos avances tecno científicos que podrían amenazar la supervivencia medioambiental. Y aunque la medicina ha tratado de monopolizar el término dada la importancia de las problemáticas que surgen en dicha disciplina, hoy más que nunca urge retomar la intuición inicial de Potter para tomar conciencia de que la vida está cada vez más amenazada. La vida no solo humana, sino la vida en su sentido más amplio que incluye la vida vegetal, animal y del planeta en su conjunto.

Sabemos que la visión antropocéntrica sobre la naturaleza la está devastando, el poder del ser humano sobre ella está amenazando la vida en su sentido más amplio. Hoy con urgencia hemos de tomar acciones si no queremos llegar a un punto sin retorno. Hans Jonás filósofo alemán en su famosa obra El principio de responsabilidad, urge a un cambio de paradigma si queremos que la vida continúe y que las generaciones futuras puedan disponer de lo que es de todos y todas. Hemos de cambiar la visión antropocéntrica por una visión biocéntrica donde la vida sea realmente el centro, como menciona muy bien la teóloga ecofeminista Geraldina Céspedes.

Es una obligación ética y moral de cada ser humano que habitamos en este planeta. Hoy somos conscientes de la contaminación de mares, ríos, deforestación de bosques, la sobreexplotación del subsuelo por las grandes compañías mineras, etc. Todo ello afecta más a los países empobrecidos y a las mujeres que tienen que bregar día a día para sacar adelante a sus familias, y muchas de ellas son las que se oponen a las practicas extractivistas como defensoras de la tierra y, en definitiva, defensoras de la vida y de toda vida.

Un año más celebraremos el 22 de abril el Día de la Tierra ¿nos servirá para tomar mayor conciencia y revisar qué acciones podemos tomar cada cual para la salud de nuestros ecosistemas y, en definitiva, para la salud de nuestro planeta y de todos y todas las que lo habitamos? O ¿Será un aniversario más sin que nos comprometamos en serio para preservar la VIDA en su sentido más amplio?

 ¡Ojalá! No dejemos pasar esta oportunidad histórica para hoy y para las generaciones futuras.

                                                                                    Maite Menor Esteve

                                                                             Núcleo Mujeres y Teología 

                                                                                                                          

lunes, 4 de marzo de 2024

NI UNA MÁS, UN AÑO MÁS

Llegamos nuevamente a marzo, y parece obligado hablar sobre el Día Internacional de la Mujer. Y no es que no tengamos nada más de qué hablar, pero todavía no alcanzamos el objetivo del que hace gala el Movimiento Internacional Revuelta de Mujeres en la Iglesia, nacido en España, que dice: “Hasta que la igualdad se haga costumbre”.

Hoy en día, las mujeres seguimos constatando que, aún no somos iguales en derechos humanos, laborales, ni económicos, así como no lo somos en respeto a nuestra dignidad, justicia, libertad, autonomía. Por eso seguimos alzando la voz… hasta que la igualdad se haga costumbre.

Tampoco olvidamos la terrible experiencia de las niñas quemadas en estas mismas fechas hace ya siete años, el 8 de marzo de 2017, por la falta de atención y seguridad de las personas responsables del cuidado de las niñas que estaban bajo su tutela, irónicamente llamado Hogar Seguro.  A fecha de hoy, la justicia todavía no dicta sentencia sobre los responsables de este drama. Fue una tragedia que saltó a los medios de comunicación y pudimos conocer los hechos y denunciar tan tremenda injusticia. Pero hoy, sigue habiendo tantas niñas y adolescentes que son maltratadas en su dignidad, violadas por sus propios padres, hermanos, familiares varones que rompen sus sueños, apagan su voz y, de alguna manera, acaban con sus proyectos de vida.

Por eso seguimos levantando nuestra voz y nuestras manos exigiendo respeto, justicia y reconocimiento de nuestra dignidad de mujeres, adolescentes, niñas.

Muchas de nosotras somos mujeres de fe, que acogemos el proyecto liberador de Jesús y reconocemos al D**s que Él, desde su experiencia de desierto, descubre, acoge y ofrece para que creamos en ese Padre-Madre, que no hace distinción de personas y amando profundamente a cada una, la llama por su nombre y la reconoce hijo e hija suya, promoviendo una comunidad de iguales. El Proyecto de D**s, inaugurado por Jesús, es que el ser humano tenga vida y vida en abundancia. Entonces, no se entiende que tantos padres, hermanos, amigos, sigan rompiendo vidas de niñas, adolescentes.  

Por eso la pregunta: ¿Es esta realidad la que D**s quiere para cada una de nosotras? ¿Es este plan de vida lo que nos tiene preparado, lo que proyecta para mí? ¿Qué significa, para nosotras las mujeres, que nos digan en nuestras propias comunidades de fe que D**s nos quiere felices? Porque si mi vida ya está decidida por otros, ¿dónde quedan mis proyectos, sueños, esperanzas. ¿En dónde puede descansar mi fe, mi verdadero nombre, ese que D**s tiene pensado desde siempre para mí?

También en marzo, este año, iniciamos un tiempo de reflexión honda sobre nuestras vidas, actitudes, conductas, un tiempo que llamamos de invitación al cambio, a la conversión. También desde aquí invitamos a todas y todos a repensar nuestro espacio y a unir esfuerzos para que nuestra propia identidad y dignidad de mujeres sea reconocida y aceptada. De lo contrario, seguiremos alzando la voz… hasta que la igualdad se haga costumbre.



Chus Laveda
Integrante Núcleo Mujeres y Teología

 

martes, 20 de febrero de 2024

LA MIRADA ES UN RECURSO

 El libro de Emma Martínez Ocaña: Cuando la Palabra se hace cuerpo... en cuerpo de mujer, en el capítulo II, explica que la verdad del corazón se expresa en la mirada. Los ojos son el lugar de la lucidez: pueden mirar o cerrarse, profundizar o pasar de largo.

Viene a mi mente una experiencia que tuve, de un intercambio de miradas. Al ver directo a los ojos, fijo y profundamente, la otra persona no pudo contemplar a la realidad de mi mirada.  Pude constatar que se puede ver sin mirar, depende del color del cristal con que se vea y con quién es el intercambio de mirada. Los preconceptos no nos dejan comprender la realidad con honradez o franqueza, nos hacen negar lo que nos incomoda ver.

Hay experiencias que pueden transformar nuestra mirada. Hay miradas distraídas y otras que perciben lo observado. Las hay superficiales y otras atentas, que ven a la persona y su potencial. Hay miradas secretas y otras respetuosas que dignifican, también están las miradas controladoras, como las contemplativas; además las que condenan, otras amorosas y esperanzadoras.

En algunos textos bíblicos encontramos relatos opresores, cosificadores, impuestos por el patriarcado, que omiten la presencia de las mujeres o que no toleran que tengan valía y autoestima.  Por otro lado, hay textos en donde sí existe una mirada con la cual se percibe la inclusión y la consideración.

 Intercambiar dicha mirada te hace poner en pie, tras años de vivir sujeta y encorvada. Es una mirada que te hace cobrar nombre propio dejando el anonimato. 

En Lucas 13, 10-17, la mujer encorvada podría ser tú o yo, quizá Rosa, Juana, Marina, María, Dora. Como ella, iremos por la vida dando fe de aquella mirada transformadora que incorporamos a nuestra vida.

En Juan 8, 1-11 el poderío patriarcal condena a la mujer adúltera, a quien en nuestros días sigue condenada a ser violentada y estigmatizada. El sistema dictamina que ella como mujer, carece de derechos. Nadie se los otorga, está sola, silenciada.

Los ojos frente a frente, desde la mirada de Jesús, la encuentra llena de respeto y ternura, cuando él le dirige estas palabras “Mujer ¿ninguno te ha condenado?”. Este hermoso encuentro invita a ver desde otra perspectiva, al próximo o a la próxima con ternura, brindando una mirada compasiva.

Que la Ruáh nos siga conduciendo, que el amor así mismas sea base sólida para romper los esquemas que minan la dignidad y la justicia.

Mujer, tu eres sabia, capaz, valiosa. Tu mirada de mujer es transparencia de Dios. 


Irma Rosa Veliz Ochoa 

Núcleo Mujeres y Teología


 

Referencias:

Emma Martínez Ocaña. Cuando la Palabra se hace cuerpo… en cuerpo de mujer. 3ª edición, 2010, NARCEA. Madrid, España.
Rûah En la Biblia, el término hebreo que designa al Espíritu Santo.
Https://www.vatican.vazhe.j

martes, 23 de enero de 2024

Brígida: Fortaleza y esperanza para nosotras en el Siglo XXI


Santa Brígida de Kildare, patrona de Irlanda, primera monja y abadesa de Irlanda, ha pasado de ser una figura folclórica a ser ícono de feminismo en el siglo XXI. Nace en 450, hija de un rey pagano y una bellísima esclava. A los 12 años toma los votos de castidad, tratando de escapar de un largo desfile de pretendientes. Irlanda en estos momentos es tierra de celtas paganos y el imperio en Roma se está desmoronando.

Debajo de un roble sagrado, la jovencita Brígida construye una celda e inicia la vida de monacato. Con los años, construye una iglesia de roble, dándole el nombre al lugar, Kildare. En este lugar había una llama eterna cuidada por las vírgenes del pueblo. Brígida es conocida como la portadora de luz, responsable de la iluminación y del calor, desde el que trae la primavera hasta el que funde los metales. Es conocida como la luz que no quema.

Logra convertir a las personas del lugar, y aún de más lejos cuando inicia peregrinaciones con San Patricio, con quien estableció una gran amistad: una misma mente, un mismo corazón. Establece el primer monasterio para mujeres en Irlanda, y pronto son dos, uno para mujeres y otro para hombres; es nombrada abadesa. Esta Brígida que fundó Kildare,[1] dejó una huella profunda en un mundo de hombres. Durante siglos, la abadesa de Kildare fue probablemente la mujer más poderosa de Irlanda.

Brígida es recordada por sus 46 milagros, más que el mismo Jesús. Deja pozos de curación para las enfermedades, embarazos y partos, huesos rotos, tanto para personas como animales. En atención a unos pobres, les deja una vaca que da leche para siempre. Logra extender su manto mágico por todo el condado cuando le ofrecieron las tierras que cubriera con él. Hasta es recordada como la partera de María durante el alumbramiento de Jesús. Le ayuda a escapar de Herodes con el niño.

La biografía de Brígida también descansa en las tradiciones paganas celtas, que cuentan con Brigid, una diosa madre celta. Los celtas también adoraban a una divinidad triple, compuesta por tres hermanas, todas ellas llamadas Brigid, diosas de la poesía, la sanación y la herrería, respectivamente.

La historia de Brígida es parte de una larga tradición oral, con adiciones de los antepasados celtas y sustracciones de los poderes patriarcales que buscaban reducir la influencia del recuerdo de una mujer santa. Sus escritos y parte de su obra física fueron destruidos por Enrique VIII y durante la Reforma. Condren[2] rescata su historia de relatos escritos de sus contemporáneos, separando los mitos de la historia verificable. Termina su trabajo con los siguientes párrafos:

“En la fiesta de Belfast, nuestra última reunión, forjamos nuestras armas espirituales para el año entrante echando mano a sus símbolos. Invocamos la protección de su manto empapado de rocío; nos limpiamos con agua de sus pozos; bebimos leche de la vaca pura y blanca; mojamos su pan en la miel de sus abejas para alimentarnos con vistas al viaje que tenemos por delante.

En un mundo nuclear, las viejas imágenes ya no nos sirven. Nuestra actitud hacia la tierra, nuestros cuerpos y nuestras almas debe cambiar. Nuestro rechazo de la tierra y de nuestros orígenes en cuerpos de mujeres debe dar paso a un profundo sentimiento de gratitud y de responsabilidad. Debemos pasar, de los fuegos sacrificiales del patriarcado, a los ardientes fuegos interiores. Debemos volvernos, de capacitación comprometiéndonos una vez más a convertirnos en hijas de Brígida: Guardianas de la llama.” 

Invocación a Brígida, pidiendo su protección[3]

No seré muerta,
No seré herida,
No seré hecho prisionera,
No seré acuchillada,
No seré despedazada,
No seré saqueada,
No seré pisoteada,
No seré desnudada, no seré partida en dos,
ni Cristo permitirá que yo sea olvidada,
Ni el Sol me quemará,
Ni el fuego me quemará,
Ni el haz de luz me quemara,
Ni la luna me quemará.

 Sheryl Schneider

Integrante Nucleó Mujeres y Teología


[1] No debe confundirse con Santa Brígida de Suecia (1303-1373), patrona de Suecia, Europa y de las viudas.
[2] Condren, op cit, páginas 134-135.
[3] Alexander Carmichael, editor, Carmina Gadelica, 2 vols., Constale, Edinburgo, 1900, pp. 169-172, visto en Mary T. Condren. Brígida: Forjadora de almas para el nuevo milenio. Páginas 121-135 en Elisabeth Schüssler Fiorenza y Ma. Pilar Aquino, editoras. 2000. En el poder de la sabiduría; espiritualidades feministas de lucha. Concilium 288. Estella (Navarra) España. El original fue modificado para expresarlo en femenino.