La Organización Mundial de la Salud, OMS o WHO por sus siglas en inglés, entre sus tareas de prevención y cuidado de la salud, impulsa campañas globales con el objetivo de sensibilizar a la población mundial e involucrarla en la búsqueda de soluciones sostenibles frente a diferentes situaciones de salud. Cada año en el mes de octubre se colocan en agenda dos fechas importantes, el día 10 de octubre nominado “Día Mundial de la Salud Mental” y el 19 de octubre, “Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama”.
Según datos oficiales de la organización
Panamericana de la salud, “El Cáncer de Mama es uno de los tipos de cáncer más
común en las mujeres en la Región de las Américas: más de 462.000
mujeres fueron diagnosticadas y aproximadamente 100.000 mujeres mueren por
cáncer de mama cada año” [i] Las cifras de
muerte se aumentan en los países con bajo nivel de ingreso y desarrollo. La
sobrevivencia sigue siendo baja. Además de los efectos nocivos en los núcleos
familiares, el deterioro de la salud a causa del cáncer y en muchos casos el
proceso de duelo ante la amputación de una o ambas mamas son parte de los
efectos emocionales que enfrentan muchas mujeres sobrevivientes.
Estética, belleza y erotismo en escritos bíblicos
Los colores rosa y violeta
Suele decirse que el concepto de belleza
depende del ojo de quien observa, sin embargo, podemos afirmar que al hablar de
belleza nos referimos a algo que al ser visto provoca sensación de equilibrio,
armonía y placer a la vista de quien observa. Sin duda alguna, dentro de los
cánones de belleza femenina alimentados por la mirada patriarcal, los pechos o
senos son la parte anatómica del cuerpo de las mujeres más relevante al hablar
de belleza. También, desde el punto de vista de la sexualidad, es una de las
partes del cuerpo con más capacidad erógena; o sea capaz de desencadenar el
placer erótico en la mujer y su pareja.
En la Biblia judeo cristiana, tanto en el
AT como en el NT, encontramos muchas referencias a los pechos femeninos. En
algunas ocasiones se habla de los senos como símbolo de la maternidad, cuidado
y nutrición: “Todo lo contrario: he calmado y aquietado mis ansias. Soy como un
niño recién amamantado en el regazo de su madre. ¡Mi alma es como un niño
recién amamantado! (Salmo 131, 2).
En esa misma línea nutricia, el evangelista
nos narra el saludo de una mujer hacia Jesús que exclama “¡Dichoso el vientre
que te llevó y los pechos que te amamantaron!” Esta aclamación
es uno de los halagos más elocuentes referidos a María la mujer, madre de
Jesús.
Además de fijarnos en papel de la
maternidad, los escritores bíblicos sobreabundan con imágenes eróticas: “amante
cierva y graciosa gacela; que sus senos te satisfagan en todo tiempo, su amor
te embriague para siempre. (Proverbios 5:19). Otros textos subrayan la
profundidad de las relaciones hombre mujer: “Así que sé feliz con tu esposa,
disfruta a la mujer con la que te casaste de joven; hermosa cervatilla, gacela
encantadora. Que sus senos te satisfagan por completo, que su amor te apasione
para siempre. ¿Por qué, hijo mío, dejarte seducir por la mujer de otro? ¿Por
qué abrazar el seno de la extraña?” (Proverbios 5:18-20);
Estas imágenes cargadas de erotismo y
sensualidad sirven elocuentemente para ilustrar la alianza de Dios y su pueblo:
“Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos, a {sus} racimos. Yo dije:
``Subiré a la palmera, asiré sus frutos. ¿Sean tus pechos como racimos de la
vid, el perfume de tu aliento como manzanas, (Cantares 7:7-8)”
Valgan estos cuantos ejemplos para subrayar
la importancia de los pechos femeninos en las diversas y profundas relaciones
vitales que desde el ser mujeres se instalan en el contexto judeocristiano. Muchas
veces este contexto erótico ha sido invisibilizado en la religión cristiana, debido
a parámetros moralista, dualistas y patriarcales que niega a la mujer el
derecho al placer erótico, otorgándole tan solo un papel nutricio. Por tanto,
se hace urgente realizar una lectura del texto bíblico que deconstruya esos
parámetros y ceda el paso al empoderamiento de las mujeres y sus cuerpos como
espacios de salud, vida y placer.
Desde hace algunos años se utilizan colores para simbolizar fechas o temáticas reivindicativas, por ejemplo, el color violeta utilizado en las luchas feministas del 8 de marzo y del 25 de noviembre; el lazo rojo para la campaña de lucha contra el VIH/Sida. El tema del Cáncer de Mamas y la campaña de prevención que se realiza en octubre se simboliza con el lazo color rosa.
El uso del lazo rosa para alentar la lucha
del Cáncer de Mama, nació el siglo pasado a mediados de la década de los 90’s
muy unido a una marca cosmética[ii] y una visión
femenina. La campaña del lazo rosa se ha ganado su propio espacio en la lucha
contra el cáncer, hoy se habla de “Octubre Rosa” y durante este mes se realizan
muchas actividades de sensibilización. Las jornadas de prevención y detección
temprana del Cáncer de Mama, han resultado muy eficaces para disminuir la
mortalidad de este mal. El color rosa ha contribuido a salvar muchas vidas de
mujeres.
El color violeta usado en la lucha
feminista es también el símbolo de una espiritualidad ecofeminista que reclama
el territorio corporal para liberarlo de las miradas patriarcales. Desde
nuestra experiencia de trabajo en salud y reflexión ecofeminista, consideramos
oportuna una sinergia entre el lazo rosa femenino y el violeta feminista para
salvar la vida de las mujeres, recodificar los cánones de belleza, devolverle
el derecho al disfrute erótico y el justo reclamo de sistemas de salud
accesibles, igualitarios e incluyentes. Sinergia para tener servicios de salud
organizados desde y para las mujeres.
Médica, Teóloga y Magister en Salud Pública
Integrante del Núcleo Mujeres y Teología
[1]https://www.paho.org/es/temas/cancer/cancer-mama-hojas-informativas-para-profesionales-salud
[1]https://www.cosmopolitan.com/es/salud-fitness/salud/a29518306/lazo-rosa-significado/
Muchas gracias Conchi por esta reflexión. Es muy importante que las mujeres aprendamos a valorar nuestro cuerpo, completo y con todo lo que implica: disfrutarlo y cuidarlo. Gracias por ayudarnos a eliminar la idea equivocada de que la Biblia condena la sexualidad femenina.
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