Dras: Geraldina Céspedes y Lucia Ramón Carbonel |
En esta ocasión, se contó con la participación de
varias mujeres de diferentes regiones del país y Centroamérica. Desde los rituales,
la música, los videos, los cuchicheos, el coloquio y los espacios de
reflexión feminista, las mujeres tomaron sus propias palabras tantas veces
ignoradas en el sistema patriarcal.
Lucía Ramón compartió cinco valiosas ponencias que
invitan a hacer reflexiones y relecturas que propicien relaciones de igualdad y
un movimiento de resistencia en busca de dignificación humana.
El día viernes, utilizando la metodología Ver Juzgar y Actuar, la ponente expuso tres
de sus reflexiones iniciando con “Una lectura de la crisis ecológica en
perspectiva cristiana, verde y violeta”. Este tema planteó la necesidad de no desentendernos de la crisis
ecológica, que tiene que ver con las mujeres porque somos parte damnificada
pero también parte de la solución. Representó una invitación a ser capaces de
ver la realidad y hacernos cargo de revertir el proceso de “descreación” al que
ha llevado el sistema patriarcal, apostando por espiritualidades de emancipación
frente a los espiritualismos nihilistas y de evasión. Formuló como nuevo
paradigma el Ecofeminismo que intenta abordar y responder de forma creativa
y radicalmente inclusiva, a los grandes problemas que afrontamos como el
hambre, la pobreza, la desigualdad, la violencia y la devastación ecológica.
La segunda reflexión “Legitimación
teológica de un orden socioeconómico depredador y excluyente: el paradigma de
la dominación” permitió cuestionar las imágenes androcéntricas y masculinas
que representan a Dios omnipotente, todopoderoso, y que ha
constituido el canon simbólico en la humanidad. Estas imágenes influyen en los
comportamientos sociales manifestándose como poder impositivo sobre los demás.
El Ecofeminismo propone replantear estas imágenes de Dios insertas en la Biblia
y la Tradición desde la mirada de las mujeres para redescubrir al Dios de
Jesús, un Dios con nosotros y nosotras que propicia el empoderamiento. Es necesario transformar nuestra imagen del
Dios patriarcal a un Dios que es padre-madre, que se preocupa por sus criaturas
para practicar la justicia y eco-justicia a fin de que todas y todos tengan
una vida digna.
En la tercera ponencia
Lucía invitó a “Releer la vida cristiana desde el paradigma de la inhabitación
y la interdependencia. Bendición cuidado y justicia.” Esta reflexión
enfatiza la necesidad de la cooperación humana para que Dios actúe y se haga
presente en cada hombre y en cada mujer, llamando a dar lo mejor de sí y
resistiendo contra la injusticia. Es la
Divina Ruáh quien impulsa, alienta,
capacita y respeta nuestra autonomía. “El
Espíritu Santo-Sofía nos llama a derribar todos los muros de división que nos
separan, a combatir la cultura de la muerte, a luchar por nuestra vida en esta tierra
en solidaridad con todos los seres vivientes, promoviendo la justicia, la paz y
la integridad de la Creación”.
El día sábado, se
continuó la reflexión teológica con el tema “claves para una espiritualidad
cristiana de la compasión creativa”, propuestas que surgen del paradigma de
la creación a partir del amor y la bendición, pues Dios nos ha creado con amor
y con libertad; está presente en la toda la creación y se goza con ella. “La espiritualidad nos recuerda que todos
provenimos de la misma fuente de vida, Dios, y que todos los hilos de nuestras
vidas están interrelacionados y que esa interconexión y esa interdependencia es
una riqueza y una bendición”.
Por la tarde se expuso la última ponencia “Hacia
una ética política y una ecosofía para una vida buena para todos empezando por
las últimas”, que
propone la vivencia de una espiritualidad que nos capacita para la indignación
ante la injusticia del empobrecimiento de millones de personas y eliminar la
indiferencia, desarrollando la creatividad para lograr mejores condiciones de
vida. Es preciso recordar y tener presente que somos propiedad de la tierra y
no al revés, somos huéspedes y anfitriones, donde los últimos son los recién llegados
a quienes se les debe facilitar el acceso de todos los bienes cósmicos. La
justicia contempla la vía a la información, al trabajo decente y al legítimo
poder para empoderar.
Además de la temática tan enriquecedora, se invitó a
vivir dos espacios de reflexión feminista donde las y los asistentes tuvieron
la oportunidad de compartir los temas: la
violencia y la violación: un arma de sometimiento y poder, facilitado por
Victoria Novoa y una espiritualidad para vivir con encanto, a cargo de Geraldina
Céspedes.
Finalizó este precioso
encuentro entre agradecimientos, ritos, danzas, abrazos y oraciones que
expresaron el gozo de la bendición compartida.
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