Introducción
Recientemente
la revista NCR – National Catholic Reporter, recordó que hace 40 años, había
publicado la complicidad de la jerarquía eclesial en proteger a los culpables y
abandonar a las víctimas de abuso dentro de la Iglesia, en las parroquias, los
establecimientos educativos, orfanatorios, hospitales[i]. Tomó décadas para que la
Iglesia asumiera su responsabilidad en proteger a las víctimas y
responsabilizar a los abusadores, proceso que aún está desarrollo.
Así como la iglesia institución ha
despertado y empieza a afrontar la crisis de abuso/violencia sexual, falta que
asuma su responsabilidad en erradicar la violencia doméstica. Actualmente,
su labor pastoral enfoca en rechazo al divorcio, promoviendo en su lugar la
reconciliación entre víctima y victimario, léanse el siguiente recorrido del
continuado sometimiento de la mujer al abuso y la violencia.
Reconocimiento
de las iglesias en cuanto a la violencia doméstica
Al
principio la década de los ‘80, varias iglesias protestantes en los EE. UU.
empezaron a darse cuenta de que la violencia doméstica era un problema en sus
congregaciones[ii].
La iglesia metodista de los EE. UU., por medio de su Comisión del Estatus y Rol
de Mujeres, realizó un estudio sobre violencia doméstica hacia las fieles, el
cual destapó los casos de violencia física o emocional/verbal por parte de los
conyugues, abuso de niños, historias de abuso de las mujeres cuando eran niñas
incluyendo abuso sexual e incesto. La Comisión señaló que la raíz estaba el
entorno patriarcal dentro de las familias y la sociedad. Recomendó la
concientización en los cursos educativos en las iglesias, con el desarrollo de
materiales respetivos, y capacitación del clero y laicado.
Posteriormente
en 1992 y revisado en 2002 la Conferencia de Obispos Católicos en los EE. UU.
emitió recomendaciones de acciones pastorales frente a casos de violencia
doméstica[iii]. En estas se presentan las
diferentes manifestaciones de la violencia doméstica, cómo los abusadores equivocadamente
se amparan en las escrituras para justificar el uso de violencia, y porque las
mujeres permanecen en la relación de peligro. Luego, los obispos plantean posibles
planes de acción para atender a las mujeres maltratadas y a los hombres que
abusan, y el uso de las homilías y servicios de reconciliación para
concientizar a los fieles que la violencia contra las mujeres es un pecado. Finaliza
hace referencia al Salmo 55 que busca un “alegre convivencia”.
Restored, una alianza internacional de iglesias
cristianas ofrece un paquete de materiales para enfrentar y atender el abuso y la
violencia doméstica contra las mujeres.[iv] Desde 2008, ha trabajado
en búsqueda de terminar con la violencia, enfocándose en el rol de las iglesias
y el de los hombres con el fin de transformar las relaciones y sanar a las
víctimas y los abusadores. El paquete incluye información especialmente útil
para las iglesias en el Reino Unido.
Trabajos en
Guatemala
En
Guatemala, la violencia contra las mujeres y feminicida era común durante la
extendida guerra interna, donde se señalaba a los grupos armados como
victimarios y a las mujeres, especialmente las indígenas, como las víctimas. Los
Acuerdos de Paz, firmados en 1996, no lograron una verdadera protección a las
sobrevivientes. La violencia contra las mujeres y las feminicidas siguen,
reconocidas ahora en la convivencia e incluye el incesto y embarazos de niñas y
adolescentes.
En la
segunda década del milenio 2000, las iglesias encuentran su voz y afirman su
responsabilidad de acompañar a las mujeres sobrevivientes y sus familias. El Centro
Evangélico de Estudios Pastorales en Centroamérica CEDEPCA, en su búsqueda para
justicia para las mujeres en Guatemala, con el apoyo de la iglesia
Presbiteriana de los EE. UU. emprende esfuerzos para interrumpir los ciclos de
violencia en familia, especialmente en embarazos en niñas y adolescentes,
producto del incesto[v].
En
2013 Rosa María Girón Balcazar publica “Violencia Intrafamiliar en Mujeres que
asisten a Iglesias Evangélicas”[vi] donde estudia la
violencia intrafamiliar en las mujeres y luego señala acciones para atender a
ellas en la atención pastoral. Recomienda que los Centros de Práctica de la
Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad Panamericana apoya en el
proceso.
En
2017, Actalianza publica la investigación de Carlos Aldana Mendoza “Iglesias y
comunidades de Fe ante la opresión y violencia hacia las mujeres indígenas y
mestizas en Guatemala” en el cual presenta estrategias para acciones
institucionales, pedagógicas, pastorales, teológicas y espiritual-psicosociales.
Neli Miranda aporta una visión teológica para una vida plena para las mujeres
en comunidades de fe[vii].
Publicaciones
recientes revelan una orientación más amplia en las acciones de iglesias
protestantes en el problema de violencia hacia las mujeres y sus familias.
Martina Bär estudia la obra de las iglesias pentecostales con los jóvenes
marginalizados[viii].
CEDEPCA ha mantenido una postura firme sobre la violencia hacia las mujeres,
enfocando su trabajo de 2024 hacia la violencia digital[ix].
Por
el contrario, la iglesia católica en Guatemala ha estado muy callada en cuanto
su rol en la protección de víctimas de la violencia familiar. Obispos católicos
europeos visitaron a Guatemala en 2014 en seguimiento de los Acuerdos de Paz. Aunque
su informe enfocó en violencia de género y doméstico, especialmente en feminicidas
y embarazos en adolescentes, evitó hacer recomendaciones a la iglesia local más
que un genérico apoyo a la dignidad y los derechos humanos[x]. Majaella Louise Ruden en
2019 crítica duramente a la Iglesia Católica en Guatemala por su indiferencia a
feminicida[xi].
Encontró que solo un obispo de los 31 estudiados, Óscar Julio Vian Morales,
mostró interés en confrontar el problema de feminicida.
Actualmente
la comisión de la mujer de la Conferencia de Religiosas y
Religiosos de
Guatemala –
CONFREGUA incluye actividades promoviendo el autocuidado y la autoestima de las
mujeres, sin entrar en el rol de la iglesia en atender a las sobrevivientes de
la violencia. El Núcleo Mujeres y Teología apoya a las adolescentes y mujeres
en crear ambientes más saludables, con dignidad para todas, sin violencia,
fomentando la autoestima, el autocuidado, el liderazgo. No presenta acciones pastorales
específicas a nivel parroquial para atender a las sobrevivientes y sus
familias.
Consideraciones teológicas
finales
La
Biblia incluye mensajes contradictorios, que hoy como cristianas debemos
interpretar en el contexto del mensaje de amor de Jesús, tal como Pablo
recuerda en 1 Corintios 13,13 cuando nos recuerda de las tres virtudes, la fe,
la esperanza y el amor, siendo la mayor de estos, el amor. Los abusadores
justifican sus acciones en Efesios 5,24 donde la mujer debe someterse en todo
al marido, pero no leen lo que sigue en capítulo, una oda al respeto y amor
conyugal en que el marido ame a su esposa como a sí mismo. El mensaje de Jesús
es de amor, de sanación, de protección a las y los oprimidos, no el abuso de
poder.
Usualmente atribuimos la violencia doméstica a la formación patriarcal, el alcohol o drogas, presiones económicas y sociales. Pero la población que envejece manifiesta violencia producto de la demencia y el Alzheimer en personas anteriormente pacíficas y amorosas. ¿Qué es la respuesta de las iglesias y su labor pastoral para las familias y las cuidadoras que están en peligro?
![]() |
Sheryl Ann Schneider Bogh Núcleo Mujeres y Teología |
[ii] https://www.resourceumc.org/-/media/cosrow-media/2021/09/29/06/42/gcsrw-june1982-flyer.pdf
[iii] https://www.usccb.org/es/node/51670/cuando-pido-ayuda-una-respuesta-pastoral-la-violencia-domestica-contra-la-mujer
[iv] https://www.oikoumene.org/sites/default/files/Document/RESTORED_Ending_Domestic_Violence-Pack_for_Churches.pdf
[v] https://cedepca.org/en/heartbreak-and-hope-in-guatemala-2/
[vi] https://www.colegiodepsicologos.org.gt/wp-content/uploads/2022/08/Violencia-intrafamiliar-en-mujeres-que-asisten-a-Iglesias-Evangelicas.pdf
[vii] Carlos Aldana Mendoza. Iglesias y comunidades de fe ante la opresión y violencia hacia las mujeres indígenas y mestizas en Guatemala. Segunda edición, 2017. Actalianza, Guatemala.
[viii] https://verbumetecclesia.org.za/index.php/ve/article/view/3199/7911
[ix] https://cedepca.org/folleto-campana-oramos-pero-tambien-denunciamos-no-mas-violencia-contra-las-mujeres-2024/
[x] https://www.cidse.org/wp-content/uploads/2014/11/CIDSE-ReportBishopsTour-Guatemala_EN_Web.pdf
[xi] https://repository.wellesley.edu/_flysystem/fedora/2023-11/WCTC_2019_RudenMajaella_FaithandFeminicideTh.pdf