(1930-2019)
POETA, TEÓLOGA Y ACTIVISTA POR LOS DERECHOS HUMANOS
Conocí a Julia o Julita en la Resistencia de La Puya. Nunca hablé con ella, pero su sonrisa, su carisma, y su saber estar, a pesar de su avanzada edad y fragilidad, me transmitieron ternura, compromiso y alegría de vivir. Todavía la volví a ver en un acto acuerpando a las mujeres de Sepur Zarco. Poco después, falleció.
Su testimonio de vida y rebeldía continúan en quienes luchan por una Guatemala sin violencia, sin racismo y respetuosa de los derechos humanos.
Quienes le conocieron, dicen de ella que “era una mística con los pies en la tierra”. Se la podía ver en marchas y protestas denunciando las injusticias.
Se graduó de maestra de Educación Primaria Urbana y posteriormente realizó estudios de Teología Pastoral en el Seminario Bíblico de San José, Costa Rica, y en el Instituto Ecuménico de Bossey, Suiza. Fue una de las primeras religiosas que abrazó la Teología de la Liberación.
Como teóloga, poeta y escritora comprometida con su tiempo, nos dejó sus poemas y libros que animan a revelarse contra las injusticias y a denunciar los abusos de poder. Y nos anuncian la vida y la esperanza desde quienes sufren discriminación, racismo y violencias.
“...yo soy poseedora (que no posesa) de esa normalidad de mujer que rechaza y rechazará siempre el desorden constituido por los machos, todos ellos generales en potencia. Por todos esos que ponen la ley por encima de la vida; la institución, por encima de la humanidad; el proyecto personal por encima de la verdad; el miedo por encima del amor; la ambición por encima de la humildad. Pero tengo que admitirlo, yo soy una brasa encendida por el fuego de un gran amor” [1].
Exilio
Durante los años 70's en medio del conflicto armado interno, Julia Esquivel sufrió amenazas de muerte y tuvo que exilarse. Así, durante años viajó por el mundo llevando el testimonio del martirio de los pueblos de Guatemala. De ella dijo Luis Cardoza y Aragón: “Julia es testigo de la tragedia de Guatemala y es ejemplo de fidelidad, de lealtad y de bondad. Julia nos ha enseñado a llevar nuestra tierra en el corazón. Julia viaja por el mundo, y no sale de los evangelios ni tampoco de Guatemala[2]”.Por último, Julia nos deja con sus palabras semillas de esperanza….
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