martes, 9 de julio de 2024

’Ishāh Hajāmāh [1]

En agosto de 2020 escuché la conferencia de la pastora Ángela Trejo Haager «Mujeres sabias en liderazgo»[2] de Tras las Huellas de Sophía. Nunca antes había oído sobre la mujer sabia de 2 Samuel 20. La conferencista compartió que las investigaciones sobre ese relato son muy escasas. Me quedé intrigada con el texto y me entusiasmó analizarlo, aplicando la metodología del análisis narrativo, cuando tuve la oportunidad.

El texto es 2 Samuel 20,13b-22. No se puede incluir todo el análisis en este espacio, así que presentaré solo los hallazgos más interesantes.

Para comenzar, la biblia hebrea menciona a una mujer sabia en el versículo 16 e insiste en su sabiduría en el versículo 22. En el Antigua Testamento Interlineal[3], los versículos dicen así:        

v.16: v.22:

A continuación, la traducción al castellano de la cualidad de la mujer, en tres biblias:


Biblia

Versículo 16

Versículo 22

Biblia de Nuestro Pueblo (BNP)[4]

muy astuta

con su ingenio

Nueva Biblia de Jerusalén (NBJ)[5]

muy sagaz

habitual sagacidad

Biblia Latinoamericana (BL)[6]

muy lista

-------

    
Ninguna de estas biblias católicas califica a la mujer como “sabia”.  En 1 Reyes 3,12 se usa el mismo término hebreo para la sabiduría de Salomón: corazón sabio. Y las tres biblias tienen traducciones con expresiones derivadas del término “sabiduría”:

Biblia

1 Re 3,12

Biblia de Nuestro Pueblo (BNP)

…una mente sabia y prudente, …

Nueva Biblia de Jerusalén (NBJ)

…un corazón sabio e inteligente,...

Biblia Latinoamericana (BL)

…sabiduría e inteligencia…


Puesto que ambos textos pertenecen a la tradición deuteronomista, una misma palabra hebrea podría traducirse con la misma palabra castellana: mujer sabia, corazón sabio. Pero los traductores de estas tres biblias en castellano no eligieron hacerlo así. ¿Por qué? ¿Podría ser que hayan respondido a un sesgo patriarcal? Después de todo, Salomón es un personaje con renombre de rey ideal (macho alfa) y, por lo tanto, se merece su fama de sabio. En cambio, una mujer casi desconocida de un texto no-litúrgico, ¿podría merecer reconocimiento de sabia? 

Del análisis narrativo - trama, narrador, personajes, escenario y estilo - concluí que el texto da lugar a dos interpretaciones. La primera es evidente y válida (cf. nota al pie de la BNP): hay mayor valor en salvar la vida de muchos que de uno solo.[7]

La segunda surge principalmente del análisis de palabras clave, uno de los puntos en el análisis del estilo narrativo. La primera palabra clave identificada es “escuchar”, repetida cuatro veces (dos veces en el versículo 16 y otras dos en el 17).  Se viene a la mente el Shemá Yisrael, escucha Israel (Dt 6,4-5). ¡Escucha! ¡Presta atención! Hay que escuchar a Yahvé, pero también hay que escuchar al otro, a la otra. Esta mujer, que el narrador describe como sabia, detiene la violencia de Joab y le pide, lo primero, que escuche, que la escuche. Joab estaba actuando impulsivamente. No buscó el diálogo, no escuchó antes de actuar. La mujer le da una lección a Joab: primero dialoguemos, porque yo tengo algo que decir y también quiero escuchar tus razones para esta violencia. El diálogo puede llevar a la colaboración y a evitar daños innecesarios. Es una segunda capa de sentido, una interpretación más profunda.

Hay otra palabra clave, que se repite tres veces, y reafirma esta segunda interpretación: muralla (v. 15, 16, 21). Las murallas de la antigüedad servían para proteger a los de dentro de una ciudad, separando a los de fuera. Joab, estando afuera, quería destruir la muralla para alcanzar a un hombre que estaba adentro. La mujer logra entablar una comunicación por encima de la muralla, sin necesidad de salir ni de dejar entrar. La búsqueda de diálogo hace la muralla permeable. Así, la muralla sufre una transformación durante el relato: v.15—está siendo atacada porque es un obstáculo; v.16—se vuelve medio para que la mujer logre la comunicación; v.21—colabora con la solución. De esta manera queda claro que la violencia no es la solución para eliminar todos los obstáculos; se pueden encontrar alternativas.

En definitiva, la Sabiduría, personificada en una mujer sin nombre[8], le da una lección al jefe del ejército del rey David: escucha antes de recurrir a la violencia, porque a través de la escucha atenta se pueden salvar obstáculos que parecen infranqueables.

Esta interpretación resulta muy valiosa para el ambiente católico actual. El Sínodo de la Sinodalidad invita a escuchar al Espíritu de Dios, ¡nuestra amada Ruah!, a través de escuchar la Palabra, escuchar a otras y otros, y escuchar el propio corazón. Lo más sorprendente de esta invitación es que hace énfasis en la urgencia de escuchar particularmente las voces que tradicionalmente se han acallado. Dentro de estas voces siempre desechadas están las voces disonantes de las mujeres, que buscamos justicia —para nosotras y para otros marginados, como los jóvenes, las personas con discapacidad o de la diversidad, los alejados— en una Iglesia que excluye.

La palabra de las mujeres en la Iglesia ha sido ignorada por siglos. Se nos ha negado toda posibilidad de ocupar, o siquiera participar, en los espacios clave de toma de decisión. Escuchar, prestar atención, es de sabios. Discriminar y marginar es violencia. 

Espero haberlas motivado a leer el relato.

Regina Castañeda

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[1] Transliteración en caracteres latinos de la expresión en hebreo para “una mujer sabia”.

[2] @traslashuellasdesophia. «Mujeres sabias en liderazgo». Acceso el 20 agosto 2023. https://www.youtube.com/watch?v=Exhzk4yc4T0

[3] Badillos, Angel y Judit Targarona. Antiguo Testamento Interlineal Hebreo Español Tomo II-Históricos I. Barcelona: CLIE, 1992.

[4] Schökel, Luis Alonso. La Biblia de Nuestro Pueblo: Biblia del Peregrino América Latina, 10ª Edición. Bilbao: Ediciones Mensajero, 2013.

[5] Biblia de Jerusalén. Nueva edición revisada y aumentada. Madrid: Desclée De Brouwer, 1999.

[6] La Biblia: Latinoamérica, 98ª Edición, revisada. Madrid: Editoriales San Pablo y Verbo Divino, 2002.

[7] Sería muy interesante hacer un estudio intertextual comparando 2 Sam 20,13b-22 con Jn 11,47-53.

[8] Aquí otros textos más reconocidos en los que la Sabiduría divina es personificada en una mujer sin nombre: Prov 1,20ss; Sab 6,12ss).